Cuando hablamos del cambio climático, a menudo visualizamos imágenes de glaciares derritiéndose o bosques en llamas. Pero, ¿cómo nos afecta esto en nuestra vida diaria, en nuestra salud? En Colombia, un país agraciado con una biodiversidad impresionante, los efectos del cambio climático se hacen cada vez más evidentes, y comprender cómo esto repercute en nuestro bienestar es crucial.
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| Alfonso Hilsaca ELjaude - Cambio climático y salud |
El calor que enferma
El incremento de las temperaturas no se trata simplemente de sentir más calor. Este cambio tiene consecuencias directas en nuestra salud. Las olas de calor, más frecuentes e intensas debido al cambio climático, no solo resultan incómodas, sino que pueden ser peligrosas. Pueden ocasionar deshidratación, golpes de calor e incluso exacerbar enfermedades crónicas como las cardiovasculares.
En nuestra tierra, acostumbrada al sol pero no a estos extremos, nos adaptamos como podemos. Incrementar el consumo de agua, vestir prendas livianas y evitar la exposición solar en horas de mayor intensidad son medidas simples pero cruciales. Sin embargo, nos enfrentamos a la interrogante: ¿qué más podemos hacer para enfrentar estos cambios?
El aire que respiramos
Otro impacto directo del cambio climático en nuestra salud es la calidad del aire. La contaminación, intensificada por las altas temperaturas, afecta principalmente a nuestras ciudades más pobladas. Inhalamos este aire no solo desagradable, sino también dañino, lo que aumenta los riesgos de enfermedades respiratorias como el asma y la bronquitis.
Para combatir esto, promover el uso del transporte público y de vehículos no contaminantes es crucial. Personalmente, opto por caminar o usar bicicleta cuando es posible. Es un cambio pequeño que, además de ser beneficioso para la salud, contribuye a mejorar la calidad del aire que todos compartimos.
La seguridad alimentaria en riesgo
El cambio climático también afecta lo que comemos. Las alteraciones en los patrones climáticos impactan en la agricultura, comprometiendo la seguridad alimentaria. Cultivos que forman parte de nuestra identidad culinaria están en peligro, lo que podría llevarnos a modificar nuestras dietas.
La solución puede estar en nuestras manos, apoyando a los agricultores locales y optando por alimentos de temporada. Esta acción de adaptación no solo fortalece nuestra economía local, sino que también reduce la huella de carbono asociada al transporte de alimentos.
¿Qué podemos hacer?
La batalla contra el cambio climático puede parecer abrumadora, pero cada acción cuenta. Reducir, reutilizar, reciclar y educarnos a nosotros mismos y a nuestra comunidad son pasos cruciales. Además, apoyar políticas y proyectos que buscan mitigar los efectos del cambio climático es vital.
En Colombia, y en cualquier parte del mundo, nos enfrentamos al desafío de proteger nuestro entorno para garantizar nuestra salud y la de las generaciones venideras. Es una responsabilidad compartida, y cada pequeño cambio en nuestro estilo de vida puede contribuir a un gran impacto global.
El cambio climático nos afecta a todos, de manera directa o indirecta. Tomar conciencia de su impacto en nuestra salud es el primer paso para actuar. No es solo por el planeta, es por nosotros mismos.
